DAVID MEDALLA - UNA CARTA PARA ADAM NANKERVIS

Considero que el arte debe investigar la realidad y hacer notar a sus enigmas.
DM

David Medalla es un pionero del land art, el arte cinético, el arte participativo y el arte en vivo; su trabajo con frecuencia ha desafiado las categorizaciones. Medalla ha descrito su obra como un diálogo entre él mismo, los medios y sus colaboradores y público. El nomadismo, los procesos de colaboración y las creencias espirituales y políticas sustentan su trabajo y afirman su estilo de vida como una profesión artística.

Nacido en 1942 en Manila, Filipinas, Medalla fue admitido a la edad de doce años en la Universidad de Columbia en Nueva York, por recomendación del poeta Mark van Doren. En París, en 1960, el filósofo Gaston Bachelard introdujo la primera actuación de David en Francia en la Academia de Raymond Duncan ―hermano de la bailarina estadounidense Isadora Duncan―. Años más tarde, en París, el poeta Louis Aragon (cofundador del surrealismo con André Breton), presentó otra actuación de Medalla y elogió al artista filipino como un genio. Marcel Duchamp hizo para él la Medallic Sculpture en 1968.

Entre 1964 y 1966 Medalla editó el Signals Newsbulletin en Londres. En 1967 inició el grupo The Exploding Galaxy, una confluencia internacional de artistas multimedia. Entre 1974 y 1977 fue presidente de Artists for Democracy y director del Fitzrovia Cultural Centre en Londres. En 1994 fundó el Mondrian Fan Club en Nueva York, con Adam Nankervis como vicepresidente. David Medalla ha tenido numerosas exposiciones alrededor del mundo. Fue incluido por Harald Szeemann en las exhibiciones Weiss auf Weiss, 1966; Live in Your Head: When Attitudes Become Form, 1969, y en Documenta 5, 1972.

Este libro contiene una evocativa carta que David Medalla le escribió a Adam Nankervis durante su estancia en México en el año 2000. En ella narra un encuentro nocturno con las sombras y los fantasmas que se congregan en una vieja iglesia del centro de la ciudad.

México, 2012
español e inglés
88 páginas
pasta suave